Al leer el texto de Salaverría, pude reflexionar sobre las diferencias que existen entre el diario impreso y el diario digital. Coincido plenamente en que ambos formatos no son complementarios sino que “son competidores” y cada uno tiene su estilo y sus características específicas. No es lo mismo escribir para un diario impreso que para la web, y eso causa muchas dificultades en un periodista, porque conlleva una nueva forma de escribir.

Es fundamental poder adaptarse a esta nueva forma de escritura, en donde no sólo se trata de escribir y contar una noticia, sino que debe ir acompañado de enlaces, audio, videos, y así darle la característica fundamental que es la multimedialidad.

A partir de la creación de nuestro propio diario digital “Cháchara”, pude darme cuenta que en verdad causa un cambio muy profundo para el que escribe, ya que en mi caso particular, es la primera vez que incorporo todos estos elementos, y por ello se que todavía me falta mucho por aprender y que internalizar esta nueva forma de escritura conlleva un proceso.

Siguiendo a Canasvilhas, los enlaces conforman la hipertextualidad del texto, lo que permite que el lector participe e “interactúe con el contenido”, así puede optar por el recorrido que más le guste, o el que más le interese durante la lectura; de este modo, el hipertexto “posibilita al usuario un recorrido del texto `sin seguir una estructura secuencial única (multilineal), enlazado entre sí de manera explícita con otros textos (intertextualidad) y donde en cierta medida es él y no el autor, quien construye su propio texto a través del camino de lectura elegido.´” En este contexto, el desafío del periodista es lograr que el lector no se disperse, y que siempre vuelva al texto principal con la atención que merece. Para lograrlo, es necesario adquirir “nuevas técnicas de redacción adaptadas a una nueva realidad técnica que permite el enlazamiento entre textos y elementos multimedia en diferentes capas de información.” De esta forma, la noticia se constituye de una forma diferente, organizando la información de forma tal que se adapte a los requerimientos de la información digital, lo que requiere abandonar la tradicional pirámide invertida porque ya no es el periodista quien determina lo que es más importante, sino que la interactividad del usuario en la lectura, es lo que determina qué es más importante para él. Además, también es imprescindible lograr que los elementos que componen la multimedialidad, sean considerados “elementos internos de la noticia” y no un simple complemento de ella.

Por todo esto se puede decir que escribir para la web, significa incorporar nuevos hábitos y adquirir nuevas formas de escritura; lo que requiere, para quien escribe, atravesar un proceso en el cual pueda internalizar los nuevos elemento y asimilar dicho hábito, para así, satisfacer las necesidades del lector de la web.